lunes, 19 de mayo de 2014

Cascada Metastásica

   Se le llama cascada metastásica a los pasos secuenciales implicados en la diseminación hematógena de un tumor. A pesar de que se liberan millones de células de un tumor cada día al torrente sanguíneo, resulta ser un proceso muy ineficaz debido a que cada paso está sometido a varios controles.
   En términos generales, se puede dividir a la cascada en dos fases principales: invasión de la matriz extracelular (MEC) y diseminación vascular, alojamiento y colonización de las células tumorales.
   En la matriz extracelular encontramos lo que es la membrana basal y el tejido conjuntivo intersticial,, formados principalmente por colágeno, glucoproteínas y proteoglucanos. La invasión de esta zona da inicio a la cascada. El primer paso es la disociación de las células entre sí, dado por una alteración en la expresión de las E-cadherinas (moléculas de adhesión) y permitiendo la liberación de las mismas del tumor primario. 
   El segundo paso es la degradación de la MEC provocada por enzimas proteolíticas secretadas o inducidas por las células tumorales. Las proteasas más importantes involucradas son las metaloproteínas de la matriz, catepsina D y el activador de la plasminógeno urocinasa.
   Una vez en el en el tercer paso se comienzan a ver cambios en la fijación de las células tumorales a las proteínas de la MEC. La pérdida de adhesión en las células normales las lleva a la apoptosis, cosa que no sucede con las tumorales sumado al hecho de que la propia matriz cambia hacia un estado en que promueven la invasión y metástasis.
   El último paso de la invasión es la locomoción a través de las membranas basales degradadas. Este proceso es dirigido por citocinas que potencian la capacidad para vulnerar el citoesqueleto de actina.
   Ya en la circulación, las células tumorales tienden a agregarse en grupos, ya sea entre ellas o también con las sanguíneas, intensificando la supervivencias y la capacidad de implantación. Sin embargo resultan ser ineficaces a la hora de colonizar órganos distantes. El proceso no está claro pero se cree que secretan citocinas, factores de crecimiento y moléculas de la MEC que actúan sobre las células estromales residentes para lograr un ambiente más habitable para la célula cancerosa.
   Para concluir, cabe agregar que los sitios de predilección para el alojamiento de las células cancerosas resultan ser el hígado, cerebro, pulmones, huesos y glándulas suprarrenales, todos altamente irrigados. Específicamente cada tumor tendrá tendencia a diseminarse a una zona en particular.
Cascada metastásica, paso a paso.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Sífilis (Micro y Macroscopía)

A pesar de que esta publicación trate sobre las características micro y macroscópicas de la la sífilis, es necesario exponer algunos datos de la enfermedad. Entonces, como breve introducción, se puede decir que la sífilis es una enfermedad crónica, de transmisión sexual y producida por una bacteria espiroqueta (Treponema Pallidum).
Ahora sí, paso al tema principal.

Macroscopía

Los síntomas de la sífilis son numerosos y variados, además de ser confundidos muchas veces con otras enfermedades que dificutan su detección. La primer señal de infección es la aparición de un chancro (en boca, ano, pene, vagina), una pápula no dolorosa que luego se ulcera(1). Desaparece a los 40 días aprox.
Tras 5 o 6 meses de la desaparición del chancro, comienza la segunda etapa, caracterizada por la aparición de ronchas rosáceas principalmente en las palmas de las manos y plantas de los pies, aunque también lo pueden hacer en pecho cara o espalda(2). Esto va acompañado de síntomas generales como son la fiebre, pérdida de peso, cefaleas.
La última etapa es la más nociva de todas, ya que ataca directamente el sistema nervioso central o algún órgano particular.

Microscopía

Ante la sospecha de sífilis, se debe hacer un raspado tratando de agarrar el exudado del fondo limpio para luego someterlo a diversas pruebas. Con una microscopía de campo oscuro se puede observar el movimiento característico de los treponemas(3). Otro método es la inmunofluorescencia directa, muy específica debido a que se usan anticuerpos monoclonales marcados. Por último cabe mencionar que existen pruebas no treponémicas que se utilizan más que nada para diagnosticar curación.

Anexo de imágenes

(1) Chancro bucal
(2) Ronchas en las palmas
(3) Treponema Pallidium visto por microscopía de campo oscuro

domingo, 4 de mayo de 2014

FAGOCITOSIS

Dentro de la inflamación aguda, la fagocitosis es un proceso que cumple un rol esencial, al ser el encargado de eliminar el agente lesivo mediante el reconocimiento, englobamiento y destrucción del mismo. Los leucocitos son las células encargadas de llevar el trabajo a cabo.Antes que nada, los leucocitos debe poder reconocer el agente lesivo (activación), lo que se logra por una serie de vías de transmisión que culminarán aumentando la concentración de calcio citoplasmático y activando protein-kinasas, enzimas que fosforilan y defosforilan elementos clave.Una vez activados, los leucocitos expresan en su membrana una gran variedad de receptores específicos para algún tipo agente en particular, permitiendo primero ligarse al mismo y luego endocitarlo. La endocitosis es posible gracias a que la membrana de los fagocitos se pliega alrededor del microbio. Cabe aclarar que todo este proceso se ve facilitado si el agente se opsoniza previamente.Para explicar mejor el atrapamiento se puede decir que tras la unión de la partícula al receptor, los seudópodos (prolongaciones del citoplasma) fluyen alrededor de la misma y la membrana plasmática se separa formando una vesícula que toma el nombre de fagosoma. Posteriormente se fusiona con un gránulo lisosómico, liberando las enzimas propias del mismo hacia el fagolisosoma.Por último, la degradación es posible debido a las especies reactivas del oxígeno (ERO) y del nitrógeno, producidas dentro del lisosoma en respuesta a los estímulos activadores. La enzima clave es la NADPH oxidasa, un complejo encargado de  reducir el oxígeno a anión superóxido. Éste se convierte en peróxido de hidrógeno quien por sí solo no logra destruir los microbios pero, en presencia de cloro, forma hipoclorito, un fuerte agente microbiano, haciendo a éste sistema el mejor bactericida de los neutrófilos. Otras formas de destrucción de los microbios incluyen al NO y enzimas específicas de los gránulos de los leucocitos.
En la siguiente imagen se pueden ver los procesos descriptos, como también la formación de los lisosomas y el camino que siguen los cuerpos residuales (agentes degradados).